VERTIGO, NO TE LA PIERDAS

VÉRTIGO, es una película en la que dos amigas deciden escalar la tercera torre de comunicaciones más alta de los Estados Unidos. Cuando se dice torre se hace referencia a una aguja de metal en la que cabría una persona de pie y que mide seiscientos metros del suelo a su punto más alto. La aventura se torna accidentada y las dos jóvenes quedan atrapadas, con solo sus habilidades físicas y el autocontrol para que el pánico no las lleve a cometer imprudencias fatales. La película propone una historia en la que las acciones de riesgo son llevadas a cabo por las actrices involucradas, convirtiéndose este proyecto, en otro más de los que en este período, de pos-cuarentena, trata de dar al espectador sensaciones muy próximas a lo real.

El éxito del filme radica en que cuando el espectador la ve, padece de sensaciones extrañas que recorren todo su cuerpo desde las pantorrillas hasta su estómago. Cómo pocos proyectos, es posible que, al ser visto, las manos suden y que la gente manifieste verbalmente todo tipo de emociones encontradas a cada minuto de proyección. Aunque el escenario es una extensa planicie, la historia sucede en unos pocos metros cuadrados y con solo dos personajes, permitiendo que el talento del director, Scott Mann, se desarrolle con libertad y virtuosismo.

Esta película, con sus dos jóvenes atrapadas en lo alto del fin del mundo, forma parte de una tendencia en la que los actores interpretan tantas acciones riesgosas como les son posibles. Lo mismo sucede con Tom Cruise en TOP GUN, tanto en la primera como la segunda entrega. En ellas los intérpretes pilotan aviones de guerra y la cámara los registran haciendo que el público viva sus experiencias en primera persona. Es como si los meses de encierro propiciaran un reclamo por experiencias extremas y que el cine fuera la vía para conseguirlas. VÉRTIGO es una experiencia audiovisual que se convierte en física para quienes asisten a la sala de cine: no te la pierdas.

POR: MIGUEL ERNESTO YUSTY