MARÍA es la película fundacional del cine de largometraje colombiano. Ello hace referencia a los filmes que superan los 90 minutos de duración, aunque esta precisión varía dependiendo de los países en los que se exhiben y se producen las películas. Fue estrenada en 1922 y dirigida por el español Máximo Calvo Olmedo y de ella solo sobreviven 25 segundos de duración. Narra una historia de amor basada en la novela del romanticismo latinoamericano, escrita por Jorge Isaacs, MARÍA. El libro fue un éxito a finales del siglo XIX, consiguiendo ser traducido a diferentes idiomas. Igualmente la adaptación cinematográfica atrajo un importante número de espectadores a las salas, contribuyendo a crear la ilusión de creer que en la ciudad de Cali, lugar de origen de ambas obras, los creadores pueden vivir de hacer cine.
MARÍA, tanto la novela como la película, son un buen ejemplo para evidenciar la relación entre el arte y la sociedad. El contexto en el que tiene lugar la historia de amor entre Efraín y María, es el de una sociedad rural, vinculada a la mano de obra esclava, que llega a su fin para dar paso a sociedades urbanas, en las que el trabajo se entrega a cambio de una remuneración económica. El momento en el que MARÍA es publicada, Colombia y buena parte de Latinoamérica se encontraban en este punto de su desarrollo. La película, estrenada medio siglo después, aprovecha el impulso de la obra literaria y cuenta con el factor del recuerdo, que hace que el contexto sea familiar a los espectadores, que encuentran en él, una vía ideal para conectar con el relato universal sobre el amor adolescente.
Esta mirada a MARÍA, la película que cumple un siglo de haber sido estrenada, hace reflexionar sobre el contexto y también sobre el relato cinematográfico. Sin duda los contextos evolucionan, pero relatos como los del amor imposible conservan vigencia. De ahí que el público se acerque a ellos con facilidad y que los creadores los sigan usando para expresar su mundo interior.