JUANA DE ARCO Y LOS ANILLOS DEL PODER

Por Miguel Ernesto Yusty

El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder, es una serie de género fantástico, producida y exhibida por AMAZON PRIME y se basa en el universo creado por J.R.R. Tolkien. Los guiones tratan sobre el universo de las novelas del HOBBIT y del SEÑOR DE LOS ANILLOS pero miles de años antes. A la fecha del estreno, es la serie de mayor costo en la historia, girando su presupuesto alrededor de los mil millones de dólares. Tal envergadura de proyecto tiene su origen en la pugna por hacerse con el liderato de audiencia, que HBO ha logrado con la serie JUEGO DE TORONOS.

Además del género fantástico, ambas propuestas tienen en común personajes femeninos fuertes. Algo parecido a lo que viene haciendo Luc Besson desde el estreno de EL PROFESIONAL, en 1994 o lo que ya hacía Ridley Scott con su Ripley, en ALIEN EN EL OCTAVO PASAJERO, en 1979. En la nueva serie de Amazon, el personaje femenino que conduce el relato es Galadriel, una mujer de especie élfica, que por ser inmortal llegará hasta los tiempos del SEÑOR DE LOS ANILLOS. Todo está revestido de la magia que envuelve a los personajes femeninos que tienen la fortaleza de un guerrero, pero que no pierden su condición de féminas, con todo lo que ello supone.

Estas series y películas reinterpretan el legado que deja el personaje histórico de Juana de Arco, la adolescente que en el mil cuatrocientos lidera los ejércitos franceses contra los ingleses y que la historia eleva a la categoría de santa, luego de padecer el martirio de sus enemigos y la traición de sus defendidos. Las producciones de Amazon y HBO, que luchan por la permanencia en la retina de las audiencias, basan sus guiones en ideas de fuerte raigambre en el imaginario del público. Solo así se explica que su impacto trascienda países y que logren unir, gracias a la ficción, la imaginación del Planeta entero. Hacen pensar que el verdadero poder para hacer que el mundo dialogue, está en los cuentos bien contados y no en las armas o en otros poderes que lucen transitorios ante los arquetipos que trascienden las centurias.